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Portada de *La federación*.Jesús Ángel.

La Federación.

Escrita entre 2017 y 2018, esta novela está dedicada a todos los que saben que el espacio es la única realidad que hay. Es la historia de un individuo en un lejano país, que creía que el universo se reducía a su territorio desde donde él estaba hasta el horizonte, desde el suelo hasta el cielo que podía sentir; hasta que un buen día se deposita junto a él un extraño artefacto del que salen unos seres aún más extraños que lo empiezan a desordenar todo y le fuerzan a hacerse preguntas..., y lo que es más grave, a descubrir el universo, del que de pronto se siente parte.

Este es el Libro del Año de 2019.

Este es el contenido:

Índice:

  1. El suceso.
  2. Contacto.
  3. Polhol.
  4. La nave férrica.
  5. La capitán.
  6. Los aulladores y Aúllo.
  7. La Flota Férrica.
  8. La fuerza federal.
  9. ¿Tiempo perdido?
  10. Él, robot.
  11. Fnkrich, la extraña nave.
  12. Vida nueva, vieja cultura.
  13. Fin.

2 Contacto.

Entonces comprendí que podía comunicarme con ella a través de los sentimientos. De pronto les irradié un estado de bienestar a los dos. Ella me miró, luego miró más allá de mí, por encima de mí y alrededor de mí.

Pol se rio. Me gustó aquella risa: fresca, elegante, melodiosa...

No comprendía yo entonces que el nombre de Pol fuese tan corto, y sin embargo el del otro era cuatro veces más largo, Comandante. Pero entonces comprendí, que eran de un lugar del que yo nunca había oído. Según fueron hablando, comprendí que mi mundo no es todo el universo, sino que hay otros mundos en él. Al menos el mío y el de ellos, que tenía otro nombre, La Tierra. Y más tarde me enteré de que el planeta de Pol tampoco era La Tierra, por lo que deduje que había al menos tres planetas en el universo: La Tierra, Klato y el mío, que todavía no tenía nombre. Quizá Comandante y Pol se lo dieran, y dejaría de ser El Mundo para mí, para ser sólo la tercera parte del Universo.

También me di cuenta de que los terrestres y los klatanos tenían dos sexos, y Pol era lo que ellos llamaban hembra mientras que Comandante era macho. Después aprendí que el macho y la hembra se podían juntar excitados, y después nacería otra persona pequeña, de la que debían cuidar el tiempo necesario hasta que pudiera funcionar por su cuenta. Pero Comandante y Pol no se habían unido así porque eran de planetas diferentes, y temían que sus especies no fueran compatibles. Comandante tenía el pelo de color claro, y Pol lo tenía corto, denso y negro, muy negro. Los ojos de Pol era también muy negros, y los de Comandante eran azules como el cielo.

Estuvieron conmigo alrededor de un año, y cuando la estación cambió cinco veces decidieron marcharse. Durante ese periodo iban y venían por medio de aquel artefacto, pero arrancaron pedazos del suelo para construir otro artefacto de mayor tamaño en el que metían muchas cosas que tomaban de mi planeta y se las llevaban. Entre ellas había algunos ejemplares de animales y vegetales. Intenté decirles que se morirían si los alejaban de mi suelo, pero en aquella época yo todavía no podía hablar con ellos, porque su idioma era muy extraño para mí. Tardé mucho en comprenderlo, tras un proceso largo y penoso para mí, pero no conseguí hablarlo. Muchos otros individuos de ambos sexos venían a hacer diversas funciones en mi terreno, hasta la reproductiva, que aprendí de esa forma. Incluso consiguieron romperme un brazo, y se sorprendieron de que casi inmediatamente yo lo substituyera por otro nuevo. Sí, se dieron cuenta de pronto de que yo estaba alli desde el principio, pero no comprendían todavía que yo era un ser inteligente.


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