Volver
La redención de Ecolgenia, portada.

Jesús Ángel

Embrujo
Primer volumen de
La redención de Ecolgenia

En un lugar muy alejado del centro de su galaxia luce de color azul un planeta habitado por diversas clases de animales y plantas. No obstante una de ellas se comporta de una manera abusiva para su propio hábitat, y por eso tiene los siglos contados.

Pero aparece un buen día otra especie venida de más allá de las estrellas, de un planeta que está muriendo porque su estrella está entrando en nova. Tras un largo periplo de varios años luz encuentran que La Tierra se acomoda perfectamente a sus necesidades, y deciden compartir el planeta con nosotros. Pero hay problema de comunicación y la guerra interestelar se hace inevitable.

Ese es el punto de partida de este primer volumen. En resumen, se trata de el tratamiento con el antídoto adecuado al virus que estaba esquilmando y matando al planeta.

La redención de Ecolgenia aparece ahora, en su segunda edición, como trilogía, pues se ha corregido y aumentado la primera, eliminando errores y ampliando con nuevos episodios los que ya la formaban.

Durante los primeros 26 capítulos de este libro (213 páginas) se nos presenta una visión general del panorama ecológico de este planeta, y la acción directa y decidida de los ecolios, seres venidos de otra galaxia. Lo narrado es muy duro, innovador y valiente, muy sorprendente a pesar de ser lo más lógico, si se quiere salvar al planeta. Por eso este volumen se llama El embrujo: la humanidad parece hechizada por su propia arrogancia, y por eso necesita que alguien le baje los humos.

A lo largo del libro vemos las aventuras de Stella Martínez, policía de Nueva York; Joe Mathews, soldado del ejército de Estados Unidos; Vera Popova, administrativa de Krasnoyarsk, Siberia, Kim, profesora de educación física en un colegio de Pekín, Rosario del Moral, una bailarina cordobesa, y muchos otros personajes que van desfilando ante nuestros ojos hasta que aparecen Hszt y Zjs, la simpática pareja de ecolios que ejerce de cuerpo diplomático entre las dos especies en un principio, hasta que finalmente delegan esa función en uno de los humanos en un volumen posterior.

Este es un relato de la vida y de la muerte, y de cómo mejorar las cosas a costa de grandes sacrificios. Por eso no es aconsejable para espíritus sensibles, si bien puede esperarse al volumen 2º, El Sistema, en el que las aguas vuelven a su cauce y se explican muchas cosas de este primer volumen, en el que habían aparecido ya de forma tácita.

Este es el índice de la obra seguido de la introducción.

Sumario

Desistimiento.
Reflexión inicial.
Introducción.

Primera parte: Embrujo.
  1. Peligro para la comunidad.
  2. Secuestrados.
  3. Consenso.
  4. Asueto.
  5. El nuevo curso.
  6. La lucha amistosa.
  7. De Pineville a Cancún.
  8. Lucha a muerte.
  9. El retorno de la africana.
  10. La vikinga.
  11. La magia de Arabia.
  12. Paso a dos.
  13. A un pelo de la muerte.
  14. Pintora de acción.
  15. La estrella de Oriente.
  16. Doblete.
  17. La familia de Joe.
  18. La odalisca.
  19. Niñeras.
    1. Ébano: Adelita se fue con otro.
    2. Marfil: la novia de la vikinga.
    3. Nácar: el baile del nuevo mundo.
  20. Morir por tu diosa.
  21. Duelo de esposas.
  22. Viuda negra.
  23. Hasta que la muerte los separa.
  24. Zoe toma la alternativa.
  25. Ojos grises.

A continuación veremos el arranque de la acción del libro.

Introducción.

Anna Karenina, una de las joyas de la literatura rusa de todos los tiempos.

Llegaron del cielo. Un buen día algunos neoyorquinos se levantaron y se fueron a correr a Central Park, y se encontraron con una especie de pirámide de base triangular de aristas curvadas, y vértices aún más curvados. Era muy regular. El tetraedro no descansaba sobre el suelo, sino que estaba a diez centímetros por encima, sin tocarlo.

Unos niños gamberros le tiraron piedras, pero no rebotaron contra ella, sino que al tocar aquella superficie tan lisa se detuvieron de golpe, sin hacer ruido, y resbalaron a lo largo de la superficie hasta caer al suelo. Los niños no entendían nada. Se acercaron a la pirámide y la tocaron, pero enseguida vinieron las mamás y se los llevaron a rastras. La gente estaba a unos metros de la pirámide, sin irse ni acercarse, dudando entre el posible peligro y la curiosidad.

El agente Holmes, de la Policía de Nueva York, fue el primero que se acercó al extraño objeto. Le dio un poco de respeto y ordenó a la gente que retrocediera unos metros más, pues podría ser peligrosa.  Luego llegó la agente Martínez, por el otro lado, y malinterpretó lo que vio: un niño había metido un brazo por debajo de la pirámide, y se le había quedado enganchado entre esta y una piedra. El niño empezó a chillar, y ella pensó que la pirámide lo estaba devorando. Pero la pirámide cambió de color y se elevó unos centímetros, lo que aprovechó la agente para tirar de él y liberarlo. En cuanto el crío se vio libre, salió corriendo, llamando a su madre. La pirámide osciló hacia donde se encontraba la mujer policía, que se sintió en peligro,  sacó su revólver y disparó. La bala fue detenida en seco al llegar a la superficie de la pirámide, y se chafó por completo, resbalando hasta el suelo casi en forma de moneda de plomo. 

Pero ya habían llegado los militares. Vieron que la bala de la agente no había hecho mella alguna en ese extraño objeto, y ni siquiera había rebotado. La pirámide, parecía, no se había dado por enterada de que una bala había intentado horadar su superficie. Ni siquiera le había hecho ni un rasguño. Por eso probaron el láser.

—Apártese, señorita, — le dijeron.

Cuando Martínez ya no estaba en medio, apuntaron con un cañón láser e hicieron un agujero justo donde la bala de la agente había impactado. Entonces vieron dos cosas: se hizo un agujero en la superficie a pirámide, y a continuación se cerró, como si se cerrara una herida. ¿Se trataba de un ser vivo? También vieron un polvillo blanco que salió del agujero y se dirigió a la parte superior del ser geométrico, y allí desapareció por el vértice superior. Inmediatamente se volatizaron en el aire el soldado que había disparado el cañón y la agente de policía. Simplemente dejaron de ocupar un lugar en el espacio. La pirámide se aposentó en el suelo, y el parque entero empezó a aumentar de temperatura. Sólo dos personas llegaron vivas a la calle porque salieron corriendo en cuanto se sintieron en peligro: un ciclista y una muchacha que hacía jogging.


Si le ha gustado el fragmento, puede leer el libro completo en formato electrónico.

Si quiere, puede escribirme para decirme su opinión sincera de este libro, tanto si es positiva como, sobre todo, si es negativa. También puede enviarme u opinión a mi blog.

Volver